• Blockquote

    Mauris eu wisi. Ut ante ui, aliquet neccon non, accumsan sit amet, lectus. Mauris et mauris duis sed assa id mauris.

  • Duis non justo nec auge

    Mauris eu wisi. Ut ante ui, aliquet neccon non, accumsan sit amet, lectus. Mauris et mauris duis sed assa id mauris.

  • Vicaris Vacanti Vestibulum

    Mauris eu wisi. Ut ante ui, aliquet neccon non, accumsan sit amet, lectus. Mauris et mauris duis sed assa id mauris.

  • Vicaris Vacanti Vestibulum

    Mauris eu wisi. Ut ante ui, aliquet neccon non, accumsan sit amet, lectus. Mauris et mauris duis sed assa id mauris.

  • Vicaris Vacanti Vestibulum

    Mauris eu wisi. Ut ante ui, aliquet neccon non, accumsan sit amet, lectus. Mauris et mauris duis sed assa id mauris.

REBECA.

10 de mayo de 2008

un dulce nombre al escucharlo, mi madre, la que siempre está conmigo, la que acepta mis errores, la que me abraza después de haber fracasado, la que me da un beso después de castigarme, la que es más que una madre, gracias por ser mi compañera, mi amiga, mi cómplice, mi consejera, mi peor enemiga por que no te podría odiar, no se por qué me amas tanto si estoy tan lejos... gracias a enseñarme a vivir,  a ver la vida con otros ojos, por enseñarme a perdonar, por cuidarme, por ayudarme a enfrentar lo que me daba miedo, gracias por ser tu simplemente. te amo y eres el gran ejemplo de mi vida. Gracias por inculcarme lo bueno y dejarme ser libre.
tE amo mamá.
te kiero como dos kilos.

UNA HIstoria sin final. (versión corregida)

Hace tiempo que no te veo, que te robaron de mi vida, dejando un vacío en mi corazón, en mi ser, en mi alma, desapareciste dejando una anciana sin su compañero, un niño sin su abuelo, un escritorio sin su escritor, un periódico sin leer, un hijo sin su padre y eso es lo más difícil de superar.

Fue una tarde donde el sol se pone de manera normal, donde los niños jugaban en el parque sin importarles lo que sucedía a su alrededor, donde el calor hacía de las suyas .

El reloj marcó las 6:00 de la tarde indicando que era hora de terminar la dura jornada de trabajo que para él comenzaba desde las cinco  de la mañana,   que manía de levantarse tan temprano, nada más para despertar a Juana que con sus ruidos, como todos los días, pidió ayuda para cerrar esa puerta pesada y que no podía cargar debido a su edad y frágil brazo que nunca hizo caso de atender, ahh como era terco.

Cerró su negocio y decidió adelantarse (es que siempre Irma lo acompañaba a su casa), no quiso esperar a nadie más , ahh, si tan solo hubiera esperado cinco minutos, en fin, no lo hizo, tomó la canasta que le Liodo al medio día para que se echara un taco, pasó por una zapatería y observó al dueño , su hijo, y con un gesto le dijo adiós.

Pasó por la plaza y saludó a la señora que vende pan, observó esa fuente que ya no encendían desde mucho tiempo atrás, nunca se imaginó que esa caminata sería la última, que a la vuelta de la esquina en la entrada de su propia casa, estarían esperando por el, en una camioneta con vidrios polarizados, lo forzaron a subir, sin ningún tono de amor y compasión, sin ningún tipo de cuidado a un anciano de 77 años.

Esa noche no alcanzó a entrar a su casa, no hubo quien dijera, -ya llegué Juana, cómo sigues, no hubo quien tomara esa taza de café que por tantos años lo esperó, no hubo quien saliera al patio a conversar con sus más íntimas amigas, que cuidaba con tanta delicadeza, no hubo quien se acostara en esa hamaca verde a ver el noticiero chafa del canal ocho, esa noche lo único que hubo, fue un silencio, un silencio que ha durado más de seis meses y que no me deja terminar esta historia, esa noche lo único que hubo fue un silencio… un silencio de muerte.