Una pequeña mujer, que soñaba con poder volar, era tanto su deseo que un día escuchó hablar de un anciano que tenía poderes mágicos, ella pensó que aquél anciano era la solución a su máximo deseo, así que alistó sus cosas y fue en busca del poder mágico.
Cuando llegó al lugar se econcontró con aquél anciano, mucho más anciano de lo que ella se imaginaba, él le pregunto lo que deseaba - mi presencia aquí significa mi felicidad - contestó ella.
el anciano volvió a hablar -¿qué puedo hacer para qué seas feliz-
-dame alas- replicó ella.
El anciano se levantó de donde estaba y le preguntó que le daría a cambio de las alas que le proporcionaría.
Ella se quedó por unos segundos en silencio, y respondio - toda mi tristeza-
-Acepto- dijo el anciano. De inmediato una luz hizo que ella se quedara ciega por un momento, de pronto sintió que flotaba, !estaba volando! al fin había conseguido lo que tanto había anhelado.
Salió del lugar y emprendió su aventura, voló hasta los lugares más maravillosos que pudo haber imaginado, regresó contenta y victoriosa a su casa. En la mesa había una nota que decía:
Se que por la emoción has olvidado agradecerme, pero faltó decirte que tus alas tienen caducidad, la felicidad no es para toda la vida, en cambio la tristeza que me has dado a cambio, es para siempre, no te preocupes, tus alas caducarán cuando ya no las necesites, no te molestes en regresarmelas, mejor llevalas a mi tumba, recuerda tu tristeza es más fuerte de lo que creía soportar.
Cuando llegó al lugar se econcontró con aquél anciano, mucho más anciano de lo que ella se imaginaba, él le pregunto lo que deseaba - mi presencia aquí significa mi felicidad - contestó ella.
el anciano volvió a hablar -¿qué puedo hacer para qué seas feliz-
-dame alas- replicó ella.
El anciano se levantó de donde estaba y le preguntó que le daría a cambio de las alas que le proporcionaría.
Ella se quedó por unos segundos en silencio, y respondio - toda mi tristeza-
-Acepto- dijo el anciano. De inmediato una luz hizo que ella se quedara ciega por un momento, de pronto sintió que flotaba, !estaba volando! al fin había conseguido lo que tanto había anhelado.
Salió del lugar y emprendió su aventura, voló hasta los lugares más maravillosos que pudo haber imaginado, regresó contenta y victoriosa a su casa. En la mesa había una nota que decía:
Se que por la emoción has olvidado agradecerme, pero faltó decirte que tus alas tienen caducidad, la felicidad no es para toda la vida, en cambio la tristeza que me has dado a cambio, es para siempre, no te preocupes, tus alas caducarán cuando ya no las necesites, no te molestes en regresarmelas, mejor llevalas a mi tumba, recuerda tu tristeza es más fuerte de lo que creía soportar.
