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mi aDaptacióN

16 de noviembre de 2008
Hasta hace un tiempo creí que podía vivir con ciertas reglas, pero al llegar aquí y analizar con las que tenía que sobrevivir y respetar, me dije: creo que son muchas y algunas están fuera de lugar.
La verdad no las leí luego que llegué a la UM, peor aún, cada día descubro que hay más reglas y ya voy a graduar. Quizá solamente conozco las que me afectan directamente, como las del internado y una que otra de la escuela. Sé que hay más pero lo que les quiero contar es cómo me he ido adaptando a ellas. Y es que como dije al principio, algunas están fuera de lugar (para mí) y hasta la fecha, a veces una que otra queja se me escapa en cuanto al tema.
¿Por qué las sentí fuera de lugar? Pueden ser varios factores. Número uno, porque nunca había vivido en un lugar así. En mi casa las reglas son diferentes en ciertos aspectos, allí no hay unidades, o si las hay pero son de una forma diferente. Si no iba a la iglesia me esperaba un sermón ya sea de mi papá o de mi mamá, aquí es una unidad sin sermón, y la verdad no sé que prefiero.
Número dos, la filosofía de la UM. Aunque en mi casa Dios ha sido nuestro principal invitado desde que yo me acuerdo, la filosofía de la Institución es un concepto de vida diferente. Todo lo que me envuelve aquí es Dios, me refiero a lo siguiente: en la escuela hablamos de Dios en algunas clases o en todas, en el trabajo hablo de Dios, en el dormitorio nos instan a seguir con Dios, mi carrera es parte de dar a conocer a Dios. En mi casa Dios es muy importante pero no lo veía tan seguido como aquí, ojo “veía”, por que sí lo sentía. En la escuela yo era la única adventista. Mis amigos no eran adventistas, la gente con la que estaba en contacto no era adventista, solo los sábados veía a gente como yo, en la semana estaba rodeada de gente extraña, aquí no.
Tres, la cantidad. En mi casa somos cuatro y el dolor de cabeza de mi papá, somos mi hermana y yo. Aquí somos más de 1000. Uno de los compromisos de la UM es desarrollar nuestra cosmovisión cristiana y sus valores están fundamentados en Dios y la Biblia, además de prepararnos en lo que nos gusta. Así que las reglas están pensadas en todo esto.
Y después de analizar todo, simplemente me tuve que adaptar porque al fin y al cabo decidí estudiar en una escuela diferente a las demás. Sabía que por ser diferente a las demás obviamente iba a haber reglas que quizá me parecieran fuera de lugar, que al estar aquí la preparación era distinta a la que hay allá afuera, que la vida aquí es la que en algún tiempo mi papá y mi mamá me inculcaron desde pequeña. Yo decidí estar aquí, y sigo aquí, ¿por qué criticar las reglas? ¿Por qué no discutirlas, si hay algunas que no me convencen? ¿Por qué no hablar?
Las reglas son parte de la Institución y ya son mías también. Y debo aprender a vivir con ellas, porque al final por reglas vivimos, por normas nos regimos y gracias a ellas hay una organización en cada cosa. Y si no estás de acuerdo con ellas te insto a que busques la mejor forma de adaptarte o de buscar un lugar en el que estés contento con ellas. Pero jamás encontrarás un lugar donde no haya reglas, y si lo llegas a encontrar, te pido un favor: avísame please.